
El diagnóstico y tratamiento quirúrgico de las enfermedades de las fosas nasales, senos paranasales y conchas puede resultar complicado debido a la complejidad de su anatomía, su gran extensión, dificultad de su abordaje y, en muchos casos, debido al avanzado estado en la evolución de los procesos en el momento del diagnóstico.
La estructura anatómica de los senos varía además con la edad de tal forma que en animales de menos de 5 años los senos maxilares están prácticamente ocupados por la reserva de corona del cuarto premolar y de los tres molares (108-111 y 208-211) de tal forma que el abordaje quirúrgico mediante trepanación del seno maxilar rostral es imposible sin lesionar las raíces dentarias. Posteriormente, al disminuir la reserva de corona, los senos maxilares se agrandan acercándose su límite rostral al foramen infraorbitario. En la porción más caudal, el seno maxilar caudal presenta una amplia apertura caudal y medialmente que lo comunica con el seno esfenopalatino. Este está estrechamente relacionado con el cerebro, glándula pituitaria, quiasma óptico y estructuras vasculares y nerviosas importantes. Desde ambos senos maxilares se produce el drenaje al meato medio en la cavidad nasal a través de la apertura nasomaxilar.
Las conchas nasales, también llamadas turbinas o cornetes, son delicados rollos de hueso fino situadas lateralmente a los pasajes nasales y que contienen los senos conchales. Los senos están tapizados por una mucosa respiratoria compuesta mayoritariamente por un epitelio columnar ciliado pseudoestratificado.
En el diagnóstico de patología de los senos tiene gran importancia la clínica. Suele cursar con descarga unilateral y distorsión facial. Puede provocar también ruido respiratorio anormal debido a la presión de las paredes mediales de las conchas sobre el pasaje nasal, desplazamiento del septo nasal o por la extensión de masas desde los senos a la cavidad nasal o faringe. Exoftalmo y epifora son signos que pueden también aparecer y siempre se debe realizar un examen de la cavidad oral para descartar patología dentaria.
La endoscopia de los pasajes nasales es un método rutinario e imprescindible para su evaluación y para descartar otra patología respiratoria o de bolsas guturales. El examen se debe centrar en la porción más caudal del meato medio y, en casos en los que el pasaje nasal esté ocupado, puede ser de útil entrar por el contralateral y con una retroflexión observar la porción caudal de la masa.
Para la radiología debemos realizar proyecciones laterales, limitadas por la distorsión, magnificación o superposición de estructuras por lo que son importantes también las proyecciones oblicuas para mejorar la imagen de las raíces dentarias. La proyección dorsoventral permite observar masas en los pasajes nasales o desplazamiento del septo nasal.
La tomografía computerizada (TC) soluciona el problema de la superposición de estructuras y permite obtener imágenes claras de las piezas dentarias. Además, hoy día puede realizarse en estación no siendo estrictamente necesaria la anestesia general. La resonancia magnética también soluciona el problema de la superposición y es muy útil para la caracterización de diversas masas de tejido blando aunque a nivel óseo y dental tiene menor valor diagnóstico. La centesis es una técnica diagnóstica en desuso.
El examen endoscópico directo o sinuscopia a través de una trepanación empleando un endoscopio flexible es un método útil en casos en los que la endosopia nasal y la radiología no muestran resultados concluyentes. El portal puede suturarse o no en caso de infección y permite, mediante triangulación a través de un segundo portal, introducir instrumental para realizar biopsia, eliminar fragmentos óseos o romper la bulla caudal del seno conchal ventral (bullotomía) para llevar el endoscopio en el seno maxilar rostral o conchal ventral.
En referencia a las enfermedades de los senos, el proceso más frecuente que podemos encontrar es la sinusitis, primaria provocada por infección del respiratorio superior o secundaria a una infección de una raíz dentaria. La inflamación de la mucosa por una infección bacteriana o vírica puede obstruir la apertura nasomaxilar bloqueando el drenaje y predisponiendo o exacerbando la sinusitis. En las secundarias a problemas dentales, las piezas involucradas, en orden decreciente de frecuencia, son el primer molar (109, 209), cuarto premolar (108, 208) y el tercer premolar (107, 207). Cualquier masa que ocupe la cavidad sinusal puede producir también sinusitis secundariamente.
Los hematomas etmoidales es una masa no neoplásica, progresiva y localmente destructiva que puede recordar en apariencia y desarrollo a un tumor. Pueden originarse en el laberinto etmoidal, en el suelo y paredes de los senos o en los pasajes nasales. Al expandirse se suele romper la cápsula sangrando y produciendo epistaxis. También produce efecto masa. Suele observarse en animales mayores de 6 años (mayormente 10-12 años).
Los quistes dentarios son cavidades llenas de fluido simples o multilobuladas con un epitelio que las tapiza y que contienen fluido acelular amarillento. Se suelen desarrollar en los maxilares y concha ventral. No muestran una distribución específica por edades y se atribuye a anormalidades dentales.
Las heridas y fracturas por golpes en seno frontal o huesos nasales son también capaces de provocar sinusitis secundarias.
Finalmente pueden aparecer neoplasias o lesiones neoplásicas. Las neoplasias en el caballo son más frecuentes en los senos que en los pasajes nasales (a diferencia de otras especies animales) siendo el más típico el carcinoma de células escamosas. Otros posibles tumores son los adenocarcinomas, tumores dentales u óseos, fibrosarcomas o hemangiosarcomas. Son localmente agresivos siendo raras las metátasis. Suelen aparecer en animales viejos aunque se han descrito osteomas, osteosarcomas, fibrosarcomas, angiosarcomas y linfosarcomas en animales jóvenes de 6 semanas a 2 años de edad.
Cirugía de los senos paranasales
Las técnicas más frecuentemente empleadas son las trepanaciones para el tratamiento de lesiones pequeñas, biopsias, drenaje de los senos y sinuscopia o los colgajos frontonasales y/o maxilares que permiten el tratamiento de lesiones más extensas. Todas ellas se pueden realizar con el animal en estación minimizándose con ello la hemorragia secundaria.